Ebook de 74 páginas.
A la venta en
Amazon por 0,99 euros.
(Una novela incluida en la colección: Alien Space)
FANTASÍA / CIENCIA FICCIÓN.
SINOPSIS:
Novela corta de ciencia ficción, space opera ambientada en un futuro cercano que nos invita a entrar en un mundo ficticio, donde la realidad y la fantasía se alternan para describirnos posibles escenarios futuros.
Primer contacto de la Tierra con civilizaciones alienígenas cuyas intenciones no son muy amigables.
COMIENZA A LEER LOS PRIMEROS CAPÍTULOS:
PRÓLOGO
Crónicas de HEMM:
CAPITULO I: Proyecto Génesis, en Bruselas
COMIENZA A LEER LOS PRIMEROS CAPÍTULOS:
CRÓNICAS DE HEMM:
Contacto con la Tierra
PRÓLOGO
En algún lugar de África
Diario del doctor Woonk:
14 de Enero de 2017
Ayer volvimos a
sobrevolar la jungla centroafricana Jane y yo. El viejo helicóptero volvió a
remontar el curso del río Ubangui, esta vez por su orilla norte. Como en la
sur, la selva llega hasta la misma linde del río cubriendo cualquier vestigio
de Kannar. Fue imposible hallar el más mínimo indicio que al menos sirviese
para levantar un poco los ánimos de la expedición, cuyos miembros, tras tres
meses de búsqueda infructuosa están cayendo en la desidia y la frustración.
Muchos más, fueron los
meses y los años que invertí recopilando toda la información necesaria para
convencer al gobierno, y conseguir una subvención para esta expedición
arqueológica.
Kannar solo era hasta
hace unos meses una leyenda en boca de algunos nativos del centro de África.
Igual que el estudio de la Odisea y la Ilíada por Schliemann en 1868 le llevó
al convencimiento de la existencia de Troya, y a su localización geográfica dos
años después. La compilación de todas las leyendas de tradición oral que en
Centroáfrica mencionan a Kannar o "La ciudad de los dioses”, ha servido
para elaborar mi tesis doctoral, donde demuestro casi definitivamente que
Kannar existió hace unos diez mil años, lo que la convierte en la ciudad más
antigua de la historia humana.
En mi tesis relaciono
Kannar con el Edén de la biblia y con el mítico Olimpo, ciudad de los dioses
griegos.
Realmente Kannar debió
ser una ciudad fascinante y única en todos sus aspectos; apareció en pleno
neolítico medio. En la selva ecuatorial africana, entre unas culturas
prehistóricas que desconocían el fuego. Allí, hace diez mil años, fue edificada
“la ciudad de los dioses” por una civilización desconocida que rodeó la urbe
con una muralla de piedras, traídas desde miles de kilómetros, y se encerró en
ella. Nunca trataron de conquistar a sus primitivos vecinos neolíticos; en
realidad pocas cosas podrían tener estos que ambicionara el hombre de Kannar.
La relación entre la civilización Kannar, (constituida por una sola ciudad), y
el resto del mundo se limitó a esporádicos encuentros en los que los primeros
ayudaban o enseñaban a los segundos. Del estudio del pueblo Kannar he
conjeturado que estos pertenecían a una subespecie de homo sapiens muy superior
a nosotros, de forma que no existía parangón entre ambas, igual que ahora
nosotros no tenemos confrontaciones con los chimpancés.
El ciudadano de Kannar
nunca tuvo pretensiones expansionistas ni colonizadoras. Viajaba mucho por todo
el mundo, pero sólo lo hacía para aumentar sus conocimientos sobre este: Al
concluir cada viaje, el punto de retorno y descanso era siempre Kannar.
Cinco mil años después de
su aparición, mientras en la antigua Mesopotamia se descubría la escritura y en
Egipto se comenzaban a construir los primeros templos a Ra, Kannar desapareció.
La ciudad quedó vacía, posiblemente todos sus habitantes murieron por alguna
razón que desconozco. Pero ningún hombre osó franquear las puertas de la ciudad
después de su abandono. Sus murallas continuaron siendo respetadas por las
tribus todavía neolíticas vecinas de Kannar.
Sin embargo, la
naturaleza no respetó la ciudad, que poco a poco fue engullida por la jungla,
la inexorable vegetación de la selva centroafricana escaló sus murallas y
derribó los templos prohibidos de su interior, el Ubangui fue inundando año
tras año los magníficos jardines, hasta que Kannar desapareció del mapa
terrestre en algún lugar cerca de la orilla del río Ubangui, bajo el lodo de
este o entre la exuberante maleza selvática. Indicar el lugar preciso es
imposible; yo no tengo una Odisea o una Ilíada escritas en la época que Kannar
desapareció; sólo tengo la leyenda, recitada de padre a hijo durante
generaciones, y en cada generación un dato se perdía para siempre y otro era
añadido.
Pero es indudable que
Kannar está ahí abajo, en algún lugar de la cuenca del Ubangui-Uele entre
lmpfondo y Bondo.
Aunque los ojos no la
puedan ver, la cámara infrarroja y el scanner sónico deberán detectar algo en
la vegetación o en el terreno que indique el lugar donde descansa la ciudad
milenaria de los dioses.
15 de Enero de 2017
Hoy hemos hecho un
descubrimiento que puede darnos la solución que tanto esperamos; en el mapa de
densidades de la zona rastreada ayer, se ha encontrado un área de unos quince
kilómetros cuadrados donde la densidad del terreno es mucho más alta que la
media de la zona. Esto puede significar que allí hay piedras enterradas, y quince
kilómetros cuadrados de piedras en una zona donde la roca no es usual, son
muchas piedras. Mañana mismo comenzaremos las excavaciones. Ya he dado las
órdenes para trasladar todo el equipo a aquella zona. No existen caminos para
llegar hasta allí, deben hacerse mientras se avanza. Espero que mañana
alcancemos el lugar, y que podamos comenzar a excavar el terreno
inmediatamente. ¡Dios quiera que tengamos suerte!
18 de Enero de 2017.
¡Al fin la hemos
encontrado!
Ayer y antes de ayer,
excavamos y excavamos sin encontrar nada, día y noche sin descanso. Esta mañana
hemos hecho una tregua, les he dado la mañana libre para reanudar el trabajo
por la tarde con más ánimos.
Jane y yo hemos
aprovechado para dar un paseo junto con Alfred y Alex. Nos hemos acercado hasta
la orilla del río, últimamente este ha aumentado mucho su caudal, antes de
verlo ya nos ensordecía con el fragor de su corriente. Hemos llegado hasta la
parte interior de un antiguo meandro que ahora está a punto de desaparecer y
convertirse en un pequeño lago.
En la orilla de enfrente
el agua se ensañaba con furia contra la pared arcillosa que guía su curso
actual y que se desmorona inevitablemente. De pronto Jane gritó: "¡Mirad,
allí hay algo!", y efectivamente en la pared de enfrente, la erosión
persistente del río había dejado al descubierto un trozo de mármol rectangular,
que ha resultado ser parte de un genuino capitel que corona una enorme columna
granítica de ¡quince metros de altura!
Hemos trasladado el
equipo a aquella zona y mañana comenzaremos a trabajar. ¡Kannar está a nuestros
pies esperando que la saquemos y la mostremos al mundo!
15 de Marzo de 2018.
Tras un año de arduos
trabajos, la forma de Kannar comienza a definirse ante nuestros ojos: Grandes
espacios vacíos es la tónica dominante en la arquitectura urbana de la ciudad
que efectivamente debió estar rodeada por una enorme muralla de la que aún se
conservan restos. Esta muralla tuvo en su época una altura de treinta metros y
casi quince de espesor en su base, todavía no hemos averiguado en que punto de
la muralla se hallaban las puertas de entrada a la ciudad, aunque no es de
extrañar si se tiene en cuenta que esta barrera tenía una longitud total de
treinta kilómetros, que de forma elíptica aislaba a Kannar del resto del mundo.
En el centro de la ciudad
está lo que yo llamo el Templo, el edificio de mayor envergadura; es de base
completamente circular, con un diámetro de seiscientos metros y una altura de
treinta y cinco, tiene la forma de un plato invertido.
Esta construcción únicamente
está acompañada por unas quince o veinte torres cilíndricas equidistantes entre
sí y muy cercanas a la muralla rodeando el perímetro interior de esta. Estas
torres tienen todas treinta metros de diámetro y debieron alcanzar los… ¡ciento
cincuenta metros de altura! auténticos rascacielos prehistóricos.
El resto de la ciudad
está vacía, tan solo existen caminos que recorren su interior, protegidos por
cientos y cientos de columnas idénticas entre sí e idénticas a la que Jane
descubrió hace un año semienterrada en el margen del río.
Realmente no es lo que yo
esperaba encontrar; no hay casas, ni templos ni esculturas ni inscripciones, ni
joyas, ni vasijas... no hay nada excepto la enormidad y rectitud de las torres,
las columnas y el Templo. Pero la expectación del mundo está pendiente del paso
que mañana vamos a dar. El Templo. El gigantesco edificio central, está
perfectamente conservado, su techo no se ha hundido, y sus paredes continúan
intactas. No hay ni un solo resquicio, ni una sola ventana en toda su
superficie. Sólo cinco puertas selladas con piedras conducen al interior del
edificio. Mañana vamos a entrar, retiraremos la piedra circular que tapa una de
las entradas y seis miembros de la expedición accederemos al interior del
Templo, un lugar donde nadie ha entrado desde hace cinco mil años.
16 de Marzo de 2018.
¡Hoy es el gran día!
Dentro de una hora me desplazaré hasta la entrada norte del Templo donde me
encontraré con mis cinco compañeros. Entraremos con un equipo de respiración
autónoma, 'walkies' y linternas de luz roja. Alex llevará una cámara de
infrarrojos con la que grabará toda la aventura, yo grabaré en mi móvil cuanto
sea de interés. Estoy terriblemente nervioso y ansioso por ver qué secretos
guarda Kannar en su interior.
Transcripción de la
grabación del Doctor Woonk en la expedición al interior del Templo:
<<Los seis tenemos
puestos ya los equipos autónomos de respiración. Estamos a unos cincuenta
metros de la puerta norte. Un gran gentío se agolpa a nuestro alrededor, entre
ellos puedo ver a Jane que me guiña el ojo.
La grúa ha comenzado la
maniobra que moverá la piedra lo suficiente para que nosotros podamos entrar,
una vez lo hayamos hecho volverá a sellar la entrada para preservar al máximo
su atmósfera interior.
La piedra se mueve poco a
poco, hay gran expectación entre todas las personas desplazadas hasta aquí.
¡Ya está abierta la
entrada! El rumor que se oye está producido por una corriente de aire
huracanado que surge del interior. La presión interior debe ser muy superior a
la atmosférica.
"¡Vamos,
acerquémonos a la entrada!".
Alfred nos grita al resto
que avancemos. ¡No estoy seguro de que podamos avanzar sin que la corriente nos
derribe! "¡intentémoslo!".
¡Cada vez cuesta más
caminar! Alfred ya ha traspasado la entrada. "¡Todos estamos dentro,
podéis cerrar de nuevo, cambio!".
La puerta de atrás
nuestro se cierra. Aquí dentro todo está oscuro. El viento ha cesado, pero
siento el peso de la presión en mis oídos.
"La lectura de
oxígeno marca 0, el anhídrido carbónico 60% y 40% de metano".
Estamos en una especie de
pasillo de paredes negras, de unos... diez metros de ancho y diez metros más de
alto. "¡Acercaos a la pared! ¡Es metálica!".
¡Dios santo! Estamos
tocando la superficie de la pared y parece estar constituida por un material
metálico completamente negro. “¡John!, intenta coger una muestra del material.”
El pasillo parece
alargarse en línea recta sin bifurcación alguna. Alfred, con un plano a escala
del perímetro del edificio y una brújula, comienza a hacer el plano interior
del templo.
A juzgar por los
esfuerzos que le está costando a John obtener una muestra de metal con el
captador láser, este debe ser de gran dureza.
Comenzamos a avanzar por
el pasillo a paso lento. Las características de este no varían.
"Hemos avanzado ocho
metros en dirección al centro del templo". "¡Aquí se bifurca el
pasillo!".
Hemos llegado a un punto
donde el pasillo se cruza con otro de las mismas características, formándose
una cruz. ¡Continuaremos por el mismo pasillo!
"El cruce se halla
exactamente a 15,83 metros de la entrada".
Estamos aumentando el
ritmo al que avanzamos por el pasillo, nuestros ojos se han acostumbrado a la
oscuridad y ahora la luz roja de nuestras linternas parece llegar a cada rincón
del singular corredor.
"¡Otro cruce de
pasillos!".
"Justo a 15,83
metros del cruce anterior".
Continuamos por el
pasillo inicial que parece conducir directamente al centro del edificio.
Hemos andado 15,83 metros
más y hemos encontrado el tercer cruce de pasillos, y el nuestro continua...
¡Una rampa!, el suelo se inclina. Bajamos.
"La rampa comienza a
los diez metros del último cruce, la inclinación es de... 20 grados". ¡El
pasillo se acaba!, entramos en una enorme sala circular.
'Estamos a 21,30 metros
del último cruce, o sea a... 68,79 metros de la entrada'.
La sala debe tener
cincuenta metros de diámetro y el techo tiene forma de cúpula con unos veinte
metros de altura. Toda ella está formada por un material gris brillante,
inequívocamente metálico. En el centro de la sala hay un cilindro del mismo
material, aparte de él, no hay nada más en la enorme sala. De ella parten...
siete pasillos contando el que hemos recorrido. Nos acercamos al cilindro
central.
"Mide seis metros de
longitud y dos de diámetro”.
"¡Fijaos en esto,
está compuesto por dos mitades!".
El cilindro parece ser
una especie de caja, quizás un sarcófago. Una ranura longitudinal nos hace
presumir que es posible abrirlo de alguna forma, pero parece enormemente pesado.
"No hay forma de
moverlo".
Alan intenta abrirlo sin
éxito. No nos entretendremos mucho aquí, no creo que podamos abrirlo.
Todos los miembros de la
expedición estamos empujando y palpando pero no encontramos ningún resorte.
Ahora Alex empuja por un lado y John por el extremo opuesto sin... ¡Se mueve!
"¡Se está
abriendo!".
"¡No lo
toquéis!".
Un dispositivo neumático,
creo, abre de forma automática el cilindro. Poco a poco se está dividiendo en
dos sin que nadie lo manipule. ¡Alejaos todos de él!
"¡Dios santo, no es
humano!".
"¡Es fantástico!".
En su interior hay algo,
alguien... un cadáver. Hay una esfera metálica a sus pies. Pero su forma no es
humana. ¡Ni mucho menos!
"¡Lleva un traje
espacial! O algo parecido".
“¡No os dais cuenta!, ¡es
un extraterrestre!”
“¡Kannar era una base
extraterrestre en la tierra!”.
No sé qué decir, ya se ha
oído lo que opina Alex, quizás...
Crónicas de HEMM:
Después de mil años
surcando el cosmos infinito, GEN se acerca a su destino. De nuevo el pueblo
Hemmita llevará su ley a las estrellas. La semilla de un nuevo imperio será
sembrada.
Haremos honor a nuestros
antepasados, cuyos nombres serán conocidos por más seres inferiores quienes nos
adorarán como a sus nuevos dioses.
Tras mil años de dura
existencia nuestro pueblo podrá abandonar GEN y todas sus limitaciones; se
acabó el control de natalidad, el reciclaje... y sobretodo convivir con los
repulsivos seres de GORR-ATH y SSHEZ. Porque a pesar de haber nacido, y vivido
siempre, en nuestro mundo artificial, un Hemmita jamás podría acostumbrarse a
la presencia de esos seres inferiores, cuyo lugar está en las minas de los
asteroides, o en apartadas áreas de trabajo y producción.
Pronto alcanzaremos el
primer planeta, y allí tendremos suficiente materia prima para formar el nuevo
ejército Hemmita. Que dominará al resto de mundos y subyugará a los pueblos que
los habiten.
CAPITULO I: Proyecto Génesis, en Bruselas
Jacques Chamandei cruzó a
grandes pasos el pasillo de salida del palacio de congresos ginebrino
abarrotado de congresistas, periodistas y guardias de seguridad. Para algunos
el congreso había sido un éxito. Para Jacques había sido casi tan inútil como
todos los anteriores desde que se fundó la Federación Internacional del Espacio
(FIE), en el año 2030. Esta vez se había dado el visto bueno al proyecto
"Ciudad Espacial", pero eso sólo era un peón ganado en la gran
partida que se estaba jugando.
Jacques era un ingeniero
de cuarenta y dos años, un hombre alto y bastante atractivo... DESCARGAR NOVELA COMPLETA EN AMAZON