UNA CUESTIÓN PREVIA:
En el arte
en general, y en la literatura en particular, la objetividad no existe, al
menos yo no soy capaz de valorar una obra literaria de forma neutral, imparcial
o impersonal. Al final, la reseña o la crítica dice más del sujeto que la
realiza —en este caso yo mismo— que del escritor o escritora en cuestión. Así
que voy a evitar evaluar las obras que comentaré en este blog, intentaré solo
mostraros el trabajo, describir su particularidad, explicar qué encontraréis en
su lectura y por qué os animo a conocer la obra y al autor o autora.
Se trata de
escritores independientes que no están acompañados ni tutelados por la poderosa
industria editorial, a priori sabemos que nos podemos encontrar varias cosas:
La primera es que vamos a leer galeradas, es
decir, ediciones sin corregir de la forma tradicional. Las editoriales llaman
galeradas a las primeras ediciones impresas de un libro que se reparten entre
sus «lectores profesionales», no son para el público en general, durante
varios meses estos correctores depuran el escrito para que tenga un aspecto
impoluto, gramaticalmente perfecto y con una estructura coherente, es decir,
que el libro cumpla los cánones de calidad establecidos por la marca editorial.
Esto no está al alcance de los «indie», ellos mismo realizan las correcciones
(¡por experiencia sé que es algo muy poco eficiente!) o a lo sumo contratan a
un corrector para que realice un repaso general a la obra. No quiero excusar
con esto la pobre calidad literaria de algunas novelas, pero sí concienciar al
lector de que debe abordar su lectura con una mentalidad diferente, más
abierta, y que los errores o descuidos que se va a encontrar no lo condicionen
en su valoración general. Es como un mueble hecho a mano, donde podemos ver las
marcas que el carpintero ha dejado al golpear con la gubia.
La segunda,
más interesante, es la originalidad, el autor independiente tiene libertad
absoluta, no solo no está coartado por la industria, sino que ni siquiera lo
está, o lo debería estar, por su propia necesidad: no depende económicamente de
las ventas de sus libros (¡se moriría de hambre!) de forma que puede
EXPERIMENTAR en mayúsculas, en la temática y en el estilo, puede escribir en
futuro o en pasado pluscuamperfecto, puede saltarse deliberadamente
ciertas normas lingüísticas, puede hacer, en definitiva, lo que le dé la
gana.
No va a ser
una editorial, que se juega los dividendos empresariales, quien apueste por
obras vanguardistas, igual que ninguna galería quiso vender obras de Van Gogh
en su momento.
Con estas ideas en mente quiero abordar y
comentar las obras y escritos reseñados en este blog.
Así que os dejo a continuación mis últimas reseñas sobre algunas autoras independientes cuyas obras considero de gran interés:
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